La idea nace en 2011 como un ofrecimiento directo a la empresa Repsol, quien tiene un subproducto/residuo, el azufre, que obtiene en el proceso de refinado de los productos petrolíferos.
Así es como Itagra realiza la propuesta de aplicarlo al campo con un doble objetivo: mejorar la rentabilidad de las explotaciones agrícolas, ya que se incrementa la producción y se reduce el uso de fertilizantes, y reducir la contaminación medioambiental al disminuir el uso de fertilizantes.
El objetivo era valorizar el subproducto/residuo sólido azufre en el ámbito agrario.
La valorización de residuos es una optimización del tratamiento de residuos que permite la reconversión en materias primas que vuelven a incorporarse al proceso productivo completando el ciclo de la economía circular.
La aplicación de estas estrategias de valorización de residuos dentro de una economía circular supone incontables ventajas, tanto a nivel medioambiental como económico y social.